Un Verano Cualquiera
Extraño la juventud y los viejos tiempos con pícaras travesuras de amor en cada esquina.
Extraño el roce de las pieles sudando los suculentos aromas del deseo, aquel deseo desenfrenado de temores extraviados, las figuras que hacían nuestros cuerpos en la penumbre.
Extraño tu suave y delicada figura montando de frente sobre mí, los suaves y delicados gemidos adolescentes que marcaban cada orgasmo, como un cortocircuito, reventando en tí una y otra vez, dejándome perplejo al escuchar tu dulzura y tu amor.
Aquellas breves horas en el va y ven, que rompiendo como olas sacaban la escencia más sublime del placer, hasta dormitar en pequeños intervalos aquellas ganas de poseer.
Aquellos éramos nosotros, extraviados en la locura del desenfreno, Aquellos éramos tu y yo alcanzando la plenitud en el mejor momento.
Comentarios
Publicar un comentario