Ya lo intenté

He derramando lágrimas de sangre, alimentándome sin hambre, saciando un cuerpo que se mueve sin motivo.

Anestesiando una mente ya dormida, cansada de tanta hipocresía, de tanta banalidad.

Sólo alcanzo a ver el humo que sale de mi boca, como sale lentamente... Es lo que me recuerda que estoy vivo.

Tan sólo alcanzo a sentir la piel ajena, cálida, sensual y complaciente.

Cada gota de sudor derramado me alimenta de forma deliciosa y perversa.

Voy navegando entre espinas, cansancio y una endiablada humedad tras otra.

Cada gemido resuena en mí como los mejores conciertos de rock y luego como un magnífico solo de viola.

En mi despertar, sólo encontré desdicha, rastros de la vegez, de la hipocresía, la mentiras por doquier y la perversidad humana.

Cuán amarga es la situación de un ser que no posee más que su pasado... El cual a su vez se le escapa con el pasar del tiempo...

En mi despertar me encontré con que la realidad es tan aburrida que necesito volver al juego. Quizá así encuentre lo que realmente busco.

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