Cuando Escribir es Difícil

El punzante goce que palpita con cada letra, con cada sensación, el arte de soltar los sueños al viento, hasta sacar lo que otros llevan dentro. 

No es algo que siempre suceda, pero cuando pasa te reencuentras con el yo verdadero.

Lo difícil viene cuando la imaginación merma, cuando las historias acaban en monotonía, cuando sientes que todo está dicho, que todos son la repetición de los mismos valores y vicios, cuando la locura de vivir merma como la llama en vela que se extingue inevitablemente ante algún descuido.

Cuando la pasión se gasta en sobriedad y desconsuelo, es como una risa que falsea y todos ven con desencanto.

Entonces te haces con un traje de payaso sin fiesta, una locura embotellada que divaga en el mar, esperando a estancarse en la arena, para nunca ser abierta.

Cuando los posibles se distorsionan hasta perderse por completo y todo es tan jodidamente seguro como la parca que aguarda ahí, dando ventaja en la distancia.

Y mueren los momentos en inercia, la vida con cada relato sin contar, de amor, dolor o arte que se hicieron otoño antes de concretar su propósito.

Y la adversidad cautiva con sus imposibles... Brota de la piel nuestra verdadero ser.

Hoy la falta de libertad es el coaccionante de historias nuevas, soy cautivo en mi cárcel, y con llave en mano aguardo un poco más, y otro poco cada día...

Hasta pronto amiga, amigo.