Mamá,

Confidente y amiga,

Eres soplo de vida, eres fuego protector, eres el grato lugar a donde ir cuando se precisa refugio de paz, cariño y arruyo.

Cuán sabia eres mamá!,

Con tu amor eterno, con aquel consejo que no viene mal.

Cuándo no parece ser necesario o actual, cuando el devenir se hace el ahora y cuando no sé que más hacer.
Mientras más me lastiman más vuelvo a ti, que eres hogar, que  siempre estás velando el fruto del amor mismo, y la esperanza...

Mamá mía y futura madre, eres el amor trascendente, amor que da fuerzas, que da ánimos​ de bien y que velas por la esperanza en la vida.

Aún cuando se lleve un plateado manto de canas, todos volvemos siempre a aquel rincón atemporal de niñez. Volvemos para conseguir afecto sincero, donde no caben los perjuicios ni la hipocresía.

El corazón de una madre es y será siempre el rincón de juegos del niño, ya sea este un infante o un grandulón.

Hoy recuerdo los días cuando sólo quería ser grande, y hoy lamento, pues sólo quisiera volver a ser chiquito.

¡Feliz día! ¡Gracias por ser mi mamá!
¡Bendita seas!