Coleccionista de Recuerdos

Déjame saber tu historia, aquellas memorias ya casi borradas y plasmar esas locuras de embriagante juventud.
Cuéntame de quienes acompañaron tu travesía, la sufrida niñez y de las raíces que fundaron tu ser.

Haré aquel relato de cómo luce tu alma, sentiré las texturas del dolor, actuaré como un ente que observa ajeno pero profundamente involucrado.

Contaré la pasión con que descubres el mundo cada mañana y cómo despides los días más excitantes.

Quiero la cruda verdad de tu visión, arrastraré a tu peor demonio para enfrentarlo y transmutar el mal en gloria del pasado, y de tu mejor ángel daré ejemplo a seguir para admirarlo y dar con su misión, o por otro lado para dar derrota a su falsedad.

Quiero mostar la compensación del ser en tí, cual tonalidades de un Rembrandt​, pero con el profundo añadido toque personal de tu locura.

Quiero resucitar esa, tu historia, como reflejo del cosmos que habita en tí.

Tengo el deseo del saber, noble ansiedad de vivir a través de recuerdos ajenos y propio, crear mediante el gesto involuntario de entremezclar la escencia, el aroma y la canción adecuada, para empezar a redactar como un maldito bendecido, como aquel que busca redención por la dicha de la pluma que eleva vuelo con notable gracia.

Regálame tu historia, dame tus recuerdos, permíteme vampirizar hasta consumir su vapor y las cenizas.

Regálame tus sueños y soñaré por tí, permite que todos te lean y te acompañen en el tiempo.

Y cuéntame, cómo entró el primer amor en tí para quedarse, y cómo se fueron otros sacrificados por la borda.

Yo haré arte a mi manera, y si apruebas mi apreciación, lo contaré al mundo.

La elección es simple, puede llevar tu nombre, un apodo o tu apellido para su posible continuidad y trascendencia.

Soy el Coleccionista de Recuerdos, amante inconmensurable de rebanadas de vida.

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