En vaso corto - La Parca
Por cuánto tiempo más seguiré escapando a ella...
Cada día es la rutina de jugar a la ruleta,
cada noche es el sueño vivido de soñar la nada,
y mientras contemplo la penumbra siento una poca de paz,
pues lo que llevo dentro se asemeja a lo que observo.
Una ciudad de millones, tan tranquila en apariencia, tan lejana, tan ajena...
Y los destellos a lo lejos, tantos colores maravillosos que compiten con la etérea belleza nocturna.
A veces canto, felizmente al sentir esa fría soledad y dulce compañía.
A veces admito que sólo quiero mi propia compañía,
pues cada día que pasa menos tolero a otros.
Caigo en la obscuridad y el sueño más profundo,
pero no es eterno, no esta vez
Vuelve a caer la mañana y pienso...
Sueños... Será que...
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