Luna mía
Bella compañera de aura plateada,
Con soledad vistes, me encantas
Con soledad vistes, me encantas
Y más aún con tu destello.
Tras un arduo día casi siempre estás ahí, reconfortando,
Y aún en la enfermedad me curas con magia.
Por qué no presumir entonces,
Tu soledad y tu silencio hacen eco en mí, me invitan a pensar, a sentir y amar.
Me muestras un mundo tan ameno.
Siluetas de realidad conjugadas en la imaginación.
Y la bestia se desata en tu presencia...
Cuán fácil dominas con tu aire, con belleza y letargo.
Dioses y humanos te admiramos por igual.
Luna amada... eres tú, siempre tú...