Óxido Nitroso

Estos últimos días han sido algo hermitaños, rutinarios y gastados, llenos de decepciones y algunas profundas alegrias.

La verdad es que no me siento nada bien, es como si estuviera detonando algo en mi, algo inmenso y mounstroso, algo que no sé si podré contener.

Quiero dormir para no pensar, de nuevo esta horrible sensación me ataca, como si siempre estuviera esperando que mi voluntad mengue para fisurar lo que queda de este ser.

Siento la ansiedad desmedida, aquella que ya nada sacia, y la depresión unida a la tristeza y la desesperanza. Siento como si yo fuera un vaso vacío, llenándome con la lluvia que gota a gota golpea y me quiebra, y aquel Sol que vuelve a secar las gotas y a fijarlas bien como cicatrices que ya no sanan.

Hoy mis días son mejores que hace mucho, y aún así aquí estoy, sufriendo un luto sin pérdida, observando al tiempo, a las personas y aún sin entender nada más allá de lo obvio, aún confundido, sin entender mi verdadera historia.

Decepcionado fui con cada amor en el tiempo, hoy no tengo un amor, tuve y tengo muchos que vienen y van con el viento, un viento frío que me arrebata los sueños, que me trae crueles recuerdos de mi infancia, de mis sueños y de aquellos amores ya olvidados.

Estós días me tortura la nostalgia a ratos, otras veces la ausencia de sentimientos reales y profundos, o siquiera la euforia de un momento.

Sólo veo con pesar las cosas moverse, soy como mi sombra, esa que me acompaña sin involucrarse, sin sentir o amar, que sólo está ahí, moviéndose a la par de las cosas.

El vacío crece como aquel vaso en la lluvia que se va llenando, que con el Sol va marcando cicatrices.

Ya veo...
Mi alma está oxidada...

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