Repetición
Estoy consciente de mi inconsistencia, pero tuve esa corazonada desde el primer momento que te ví, leo estas palabras y me siento tan jodidamente cliché.
Al principio traté de ignorarte, y es que tengo una gran cantidad de heridas de amor y una vasta experiencia en fracasos y rechazos.
Tu comenzaste a hablarle a este loco, y con ello mi fantasía punza hasta producir pequeños dolores de corazón, de esas que al notar lo mucho que estás dejando ir, la oportunidad de tu vida, la única mujer que siempre soñaste amar hasta un inminente y trágico final.
Fue entonces que decidí dejarte ir o simplemente no intentarlo, porque la situación es complicada, no me conoces bien y no tengo nada que ofrecer que otros no lo puedan hacer con creces, ya estoy cansado de soñar y acabar abatido al ante el fracaso.
No obstante todo el dolor de ver y no involucrarme, es cosa que suelo soportar muy bien, pero poco duró ese intento de calma.
Bastó con que un sólo día vinieras vilmente vestida, de una forma muy atrevida y dulce, me costaba no verte y desear, cuanto costaba evitar ese escote, la verdad no resistí, caí en la indulgente trampa de esa chica de apariencia inocente, de tez clara como la leche, como mi amada europa, con una mirada tierna y auténtica, una actitud de genuina inocencia.
Ese perverso escote me arrastraba al infierno por desearte, logré disimular y prestar algo de atención pero quedé tan atrapado y aturdido, esto no era sólo el escote. Sentí algo más que carnal, como si eras para mí, supe de nuestra compatibilidad pero mi ausencia en la situación casi se sale de control, me enajena. Te había visto un par de veces antes, a todo esto no sabía tu nombre y la verdad deseaba no saberlo, pensaba que no te tendría y eso debía quedar así.
Una tarde te acercaste, preguntabas por tu clase, noté tu ausencia aquel día, pero no recordaba casi lo sucedido. Al poco tiempo comenzamos a hablar y sentí que te conocía, que eras como mi Becca, mi amor de sueños pero en esta realidad.
En estos momentos no estoy seguro a dónde nos llevará la vida, trato de analizar, de leerte y creo saber más por simple corazonada que por técnicas, ya la verdad no sé si sólo pierdo mis fuerzas fantaseando con tu cariño, con ese algo que simplemente no pasará, te daré tiempo, pero quiero intentarlo, te quiero a tí, futura mía.
Al principio traté de ignorarte, y es que tengo una gran cantidad de heridas de amor y una vasta experiencia en fracasos y rechazos.
Tu comenzaste a hablarle a este loco, y con ello mi fantasía punza hasta producir pequeños dolores de corazón, de esas que al notar lo mucho que estás dejando ir, la oportunidad de tu vida, la única mujer que siempre soñaste amar hasta un inminente y trágico final.
Fue entonces que decidí dejarte ir o simplemente no intentarlo, porque la situación es complicada, no me conoces bien y no tengo nada que ofrecer que otros no lo puedan hacer con creces, ya estoy cansado de soñar y acabar abatido al ante el fracaso.
No obstante todo el dolor de ver y no involucrarme, es cosa que suelo soportar muy bien, pero poco duró ese intento de calma.
Bastó con que un sólo día vinieras vilmente vestida, de una forma muy atrevida y dulce, me costaba no verte y desear, cuanto costaba evitar ese escote, la verdad no resistí, caí en la indulgente trampa de esa chica de apariencia inocente, de tez clara como la leche, como mi amada europa, con una mirada tierna y auténtica, una actitud de genuina inocencia.
Ese perverso escote me arrastraba al infierno por desearte, logré disimular y prestar algo de atención pero quedé tan atrapado y aturdido, esto no era sólo el escote. Sentí algo más que carnal, como si eras para mí, supe de nuestra compatibilidad pero mi ausencia en la situación casi se sale de control, me enajena. Te había visto un par de veces antes, a todo esto no sabía tu nombre y la verdad deseaba no saberlo, pensaba que no te tendría y eso debía quedar así.
Una tarde te acercaste, preguntabas por tu clase, noté tu ausencia aquel día, pero no recordaba casi lo sucedido. Al poco tiempo comenzamos a hablar y sentí que te conocía, que eras como mi Becca, mi amor de sueños pero en esta realidad.
En estos momentos no estoy seguro a dónde nos llevará la vida, trato de analizar, de leerte y creo saber más por simple corazonada que por técnicas, ya la verdad no sé si sólo pierdo mis fuerzas fantaseando con tu cariño, con ese algo que simplemente no pasará, te daré tiempo, pero quiero intentarlo, te quiero a tí, futura mía.
Comentarios
Publicar un comentario