Reaper
Héroe sin alma, aquel que vaga con su propia compañía y un gélido corazón.
Tras la matanza lo has perdido todo.
Estás de vuelta en el mundo como recién caído, con la corta memoria de quienes te acompañaron, de tantas vicisitudes compartidas, tantas reuniones de egos y personalidades queridas.
Héroe, tanto que ha pasado...
Lo que has tenido que soportar, todo lo vivido y ahora te toca volver a conocer, volver a odiar y amar.
Has llegado al punto sin retorno, pensando cuánto pudiste cambiar las cosas, culpándote y con tantas tantas preguntas...
ohh.. que suplicio
Y por lo visto, tus dudas jamás serán respondidas...
La inmortalidad te ha condenado.
Cuanto camino por vagar y siempre en solitario.
El frío y el viento arcilloso parecen tu única compañía por muy largo tiempo.
No habrá más hazañas, pues ahora no queda por que luchar.
Cuanto dolor, cuanta tragedia.
Arrepentimiento...
Haces recorridos nocturnos buscando redimir tu alma tras no poder conciliar el sueño al despertar de siniestras pesadillas en las que sueles conversar con amigos muertos.
¿De qué sirve ser héroe si nadie, nadie te acompaña...?
Si ya no queda quien te quiera.
La ambición de oro y poder pueden deslumbrar a cualquiera, hasta hacer llevar lejos, y cuán más lejos más ciego y duro es el golpe de vuelta.
Adiós amigo, hasta siempre.
Tras la matanza lo has perdido todo.
Estás de vuelta en el mundo como recién caído, con la corta memoria de quienes te acompañaron, de tantas vicisitudes compartidas, tantas reuniones de egos y personalidades queridas.
Héroe, tanto que ha pasado...
Lo que has tenido que soportar, todo lo vivido y ahora te toca volver a conocer, volver a odiar y amar.
Has llegado al punto sin retorno, pensando cuánto pudiste cambiar las cosas, culpándote y con tantas tantas preguntas...
ohh.. que suplicio
Y por lo visto, tus dudas jamás serán respondidas...
La inmortalidad te ha condenado.
Cuanto camino por vagar y siempre en solitario.
El frío y el viento arcilloso parecen tu única compañía por muy largo tiempo.
No habrá más hazañas, pues ahora no queda por que luchar.
Cuanto dolor, cuanta tragedia.
Arrepentimiento...
Haces recorridos nocturnos buscando redimir tu alma tras no poder conciliar el sueño al despertar de siniestras pesadillas en las que sueles conversar con amigos muertos.
¿De qué sirve ser héroe si nadie, nadie te acompaña...?
Si ya no queda quien te quiera.
La ambición de oro y poder pueden deslumbrar a cualquiera, hasta hacer llevar lejos, y cuán más lejos más ciego y duro es el golpe de vuelta.
Adiós amigo, hasta siempre.
Comentarios
Publicar un comentario