Pantaletas en mi almoada

Mi dulce compañía,
Eres mi amargo consuelo...

Sabor a pecado, sabor a tango...
Eres lo dañino y lo prohibido,
Eres placer y calma,

El vicio que consume mi vida
Y con cada aliento de ti
me das tu despedida.

Me matas poco a poco y un poco más...
enganchado a ti,
maldita sea...

Me has conseguido,
Aqui me tienes, comiendo de tu veneno,
Dulce ambrosía que produce letargo,
Imposible pensar con tanto placer...

¡No me importa!
¡Arrastrame, contigo!
Pero hazlo lento...

Con aquel beso seductor,
Imprégname en deseo,
Llévame al dulce infierno,
Que parezca eternidad.

Algo tan sublime obviamente tiene que ser obra del diablo.

Y entonces cuando ya no esté,
cautivarás a otros, u otras...
otro pobre idiota sin rumbo,
Otra persona rota sufriendo hallará consuelo en tí.

Casi me matas tres veces,
y aún así vuelvo a tí,
Porque me haces sentir a la vez que adormeces estos demonios.

Pero sólo me importas tú,
Incluso más que ellas,
más que mi vida,
Pero he de dejarte,
sólo que... Aún
No sé cómo.

Todo tarde o temprano mengua,
Todo se reduce a la ausencia
A lo que conocemos como muerte,
Aquella transformación de materia y energía que nos llevará a otros estados, que neutraliza la conciencia y los pensamientos...

Sólo quedan mis palabras como legado a la posteridad para cuando esté ausente y nadie me recuerde.

- Consejo a otros -

Evita la adición, una vez que pruebas lo prohibido ¿qué crees que pasará si te gusta?

Sin darte cuenta los vicios se hacen costumbre y entonces quizás sea demasiado tarde...

Comentarios

Entradas populares

Posts Populares